¿Alguna vez has escuchado sobre la brecha de género? Hoy día, en pleno siglo XXI, los derechos de las mujeres y su participación en la vida pública no son una causa nueva, aunque eso no significa que se haya logrado todo. Al contrario, queda mucho por delante. Por ejemplo, ¿sabías que en México solo 3 de cada 10 científicos son mujeres? ¿A qué se debe? Pues bien, para saberlo existe el concepto de brecha de género, una herramienta que nos permite ilustrar este proceso histórico a través de estadísticas y datos interpretables.

¿Qué es la brecha de género?
Históricamente, a los hombres y las mujeres se les han asignado diferentes roles, los cuales están asociados a nociones culturales, estéticas, ideológicas y jurídicas. En general, en occidente, esta división ha consistido en asignar a la mujer el trabajo doméstico y la crianza, mientras la vida pública es administrada por el hombre. Sin embargo, estos roles se han transformado a lo largo del tiempo, tanto como las mismas sociedades. Y, de hecho, siguen transformándose.
No obstante, es necesario contar con evidencia empírica que nos permita analizar el proceso de incorporación de las mujeres a la vida pública, así como las diferencias respecto a los hombres.
Precisamente, a eso se refiere el concepto de brecha de género. Como tal, es una forma empírica y estadística de representar la disparidad entre géneros para acceder a oportunidades, recursos o niveles de participación política. Para ello se utilizan indicadores como salud, seguridad, educación o empleo.
La brecha de género en México
Si bien ha crecido la inclusión de las mujeres en la vida pública, este no ha sido equitativo ni terminado de superar los paradigmas de género ni, mucho menos, anteponerse a la violencia.
Según datos de México, ¿Cómo vamos?, las mujeres padecen con mayor frecuencia situaciones de pobreza laboral, debido a que el acceso a posiciones de mayor rango es mínimo. Al mismo tiempo, el empleo informal prevalece como principal actividad económica. Paralelamente, la brecha salarial en nuestro país está fuertemente relacionada con el mayor número de horas que las mujeres dedican a labores no remuneradas, como la crianza y las actividades domésticas. Además, debemos considerar la distribución desigual de las tareas con el varón y la violencia doméstica.

Los datos de IMCO refuerzan esta idea y demuestran que la brecha de género se origina en la infancia y aumenta con el tiempo. Como dijimos al inicio, en México solamente 3 de cada 10 mujeres eligen carreras relacionadas con ciencia, ingeniería, matemáticas y tecnología (STEM, por sus siglas en inglés). Un dato interesante, si consideramos que según el Plan Nacional para la Evaluación de Aprendizajes (PLANEA), las niñas de primaria tienen mejores resultados en matemáticas que los niños. No obstante, esto se revierte en secundaria y crece en el resto de niveles educativos. Al final del proceso, solo el 13 % de mujeres profesionistas se dedican a esta área.
¿Por qué es importante considerar la brecha?
Como estadística, la brecha de género es una muestra de las problemáticas que atañen a la sociedad en conjunto, y como tal, son una herramienta efectiva no solo para realizar estimaciones, sino crear acciones que reduzcan la desigualdad.
Es innegable que la falta de acceso a oportunidades y recursos tiene consecuencias económicas y sociales a largo plazo y a gran escala. Por ello, es importante que las instituciones de educación, así como aparatos de gobierno y entidades privadas desarrollen un enfoque de género. Y es que además de la necesaria visibilización de la mujer, deben diseñar acciones específicas que permitan el desarrollo libre y justo.

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