El aumento de las problemáticas ambientales, han generado la búsqueda de soluciones y propuestas que permitan ponerle un freno al cambio climático. Generalmente, cuando pensamos en soluciones para proteger el medio ambiente, solemos pensar en los productos que consumimos, dejando de lado algunos elementos de nuestra forma de vida, por ejemplo, la vivienda.
Por supuesto, la arquitectura no es un tema nuevo. Actualmente, la construcción de vivienda, particularmente en ciudades, implica un gran consumo de recursos energéticos y el uso de materiales no renovables que no solo causan impacto negativo en el ambiente, sino también afectan a los habitantes. En este contexto, surge la bioconstrucción como un método y un ideal que busca poner en equilibrio las necesidades humanas de vivienda, salud y bienestar con un desarrollo sostenible que tome en cuenta los recursos locales

¿Qué es la bioconstrucción?
Como idea, la bioconstrucción integra los principios de la ecología aplicados a la arquitectura, de manera que su objetivo es la creación de espacios habitables en sintonía con la naturaleza. Así, podemos definirla como los sistemas de edificación arquitectónica que emplean materiales compatibles con el entorno y de bajo impacto ambiental.
En realidad, este concepto no es nada nuevo. Históricamente, la arquitectura ha recurrido tanto a materiales como a diseños que parten del lugar donde se edifica, y han sido tan funcionales que hasta el día de hoy podemos encontrarlos en uso o en condiciones de ser renovadas o utilizados y no solo como una tradición registrada en libros. Lo cierto es que fue hasta la revolución industrial a principios del siglo pasado que la construcción se inclinó hacia el hormigón y el acero para levantar asentamientos que no siempre responden a las necesidades específicas de las personas o la geografía y que, por el contrario, suelen ser perjudiciales a mediano y largo plazo. Este hecho nos lleva a lanzar dos preguntas: ¿realmente estamos conscientes de nuestras necesidades y la manera cómo las satisfacemos? ¿Debemos renunciar a la comodidad para adaptarnos a las necesidades actuales?
La respuesta es no. Precisamente, una vivienda basada en la bioconstrucción supone echar mano de los adelantos tecnológicos de hoy día, la arquitectura convencional y las ventajas de utilizar materiales que no implican peligro para el medio ambiente ni la vida humana. Como bien menciona Petra Jebens –Zirkel, presidenta del IEB (Institu für Baubiologie):
La bioconstrucción va más allá del desarrollo sostenible y apuesta por una cultura regenerativa, saludable, resistente y adaptable. Sin este enfoque holístico no hay futuro… O cambiamos el rumbo convencional de la construcción con sus derroches enormes a todos los niveles o no habrá un porvenir digno.
Principios de la bioconstrucción
El Instituto de Biología del Hábitat de Alemania (IEB) has establecido 25 principios que sirven como brújula para la bioconstrucción. Divididos en cinco bloques, cada uno aborda diferentes aspectos y metas:
– Clima interior. Reducir contaminantes y la presencia de elementos tóxicos, así como minimizar campos electromagnéticos y ondas de alta frecuencia. Priorizar el calor radiante para calefacción y aportar suficiente aire fresco.
– Materiales de construcción. Utilizar materiales naturales no tóxicos, capaces de absorber la humedad. Garantizar el equilibrio entre temperatura superficial y del aire interior.
– Diseño. Estimular la percepción sensorial, favoreciendo la luz natural, así como las formas y proporciones armoniosas.
– Hábitat ecosocial. Favorecer una forma de habitar que satisfaga las necesidades humanas y proteja el medioambiente, a través del diseño equilibrado de infraestructura y el fortalecimiento de la autosuficiencia local.
– Medio ambiente, energía y agua. Al reformar y construir, evitar el impacto negativo sobre el medio ambiente, minimizar el consumo de energía y usar fuentes renovables.

Ventajas de una vivienda ecológica
Hoy día, la bioconstrucción se presenta como una de las alternativas más viables para el desarrollo humano. Si bien es cierto que un proyecto de nueva planta puede ser la forma más inmediata de implementar estos principios, la rehabilitación de espacios ya existentes es fundamental para esta visión arquitectónica.
Como sea, la bioconstrucción ofrece ventajas por sí mismas, las cuales no solo quedan establecidas en el proceso de diseño y construcción, sino a largo plazo, como cambio permanente. En torno a esto, podemos establecer que tiene como ventajas:
– Fomenta la eficiencia energética. No solo a través del aprovechamiento de fuentes de energía renovables, sino mediante la reutilización de recursos como el agua y materiales de construcción reciclados o provenientes de materias primas locales.
– Optimiza el uso de recursos económicos, facilitando el desarrollo de proyectos y dando pie a un retorno positivo.
– Promueve la gestión responsable de desechos generados durante la construcción y rehabilitación.
– Piensa en el futuro, apostando por el desarrollo sustentable
Como organización, optar por la bioconstrucción y el desarrollo sustentable ofrece ventajas ofrece ventajas claras tanto en términos de crecimiento como de mejoramiento de prácticas. Los consumidores actuales muestran predilección por empresas que demuestran interés en las problemáticas globales.
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